lunes, 1 de noviembre de 2010

TUYA


Te busco en mi cama y por más vueltas que doy no logro hallar tu pecho cálido, donde me siento segura. Las palabras escapadas de tu inconsciente mientras dormías aún resuenan en mi mente y quiero creerlas ciertas. A menudo temo que esta intensa intimidad que nos une se evapore en el aire, dejándome más vacía que antaño. Mientras no tuve la dicha de tu amor fui feliz, sin miedos ni ataduras, más hoy que te tengo temo perderme en este torbellino de emociones que despierta tu existir a mi lado. Es extraño cómo vuelan las horas a tu lado, y lo mucho parece poco, y lo poco parece mucho, como solés decirme. Recuerdo tus ojos oscuros taladrándome en el instante previo de hacerme el amor, saboreo el estremecimiento de tu piel y bebo una a una las gotas de tu miel. Siento tu cuerpo tensarse como un arco, tus manos acariciando toda mi extensión, descubriéndome, marcándome como de tu propiedad. La intensidad de tu abrazo me pierde en un océano de aguas claras y turbulentas, del cual sé que saldré prendida de tu cuello. A veces te siento tan mío que el miedo se esfuma, a veces me siento tan tuya que el miedo me paraliza. Más trato de no pensar y vivirte a diario, y que el poco espacio que nos queda sea único y eterno, para disfrutar de este comienzo que tal vez derive en amor.


31-10-10.

2 comentarios:

  1. Me encantó el poema. Tenés buen estilo. Tan es así que hasta creí que era para mí (yo también tengo ojos marrones). Sin embargo, más que estar en el momento previo de hacer el amor, a mí me gusta más acariciar y besarte eternamente. De ese modo, el tiempo como lo conocemos, desaparecería dejando paso a la eternidad de tu abrazo.
    (Espero no te tomes personal este comentario)

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  2. Tu Palabra Es Una Lampara Para Mi Pie
    Y Una Luz Para Mi Vereda

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