martes, 15 de marzo de 2011

27 DE MARZO


Falta poco para el año. Un año del comienzo de un final largamente anunciado. Un año del comienzo de un final todavía no asumido. Final que ha tenido varios finales, puerta cerrada tantas veces que ya perdí la cuenta.
Un año. ¿Te acordarás siquiera de la fecha? ¿Sabrás que fue un sábado por la noche cuando me contactaste por primera vez? Triste noche de sábado, la mía. Más, a partir de tus palabras, de esas tácitas citas que teníamos cada día al caer el sol, mis sábados comenzaron a ser, no digo alegres, sino atractivos. Saberte allí, al otro lado de la pantalla, tecleando durante horas para mi, era una ilusión que iba barriendo mi inmensa y continua soledad.
El verte no fue lo esperado, no eras mi tipo ideal. Sin embargo pasé por alto tu aspecto y me perdí en tus palabras. Tiempo después me perdí en tus brazos y sucumbí a tu boca. Si lo pienso bien, no eran gran cosa, me refiero a tus brazos, a tu boca. Fue más bien, mi desamparo el que me empujó hacia vos, idealizándote. Y vos, que también estabas nostálgico, te dejaste querer.
Mi cariño bastó para querernos a los dos, aunque a vos, te quiso un poquito más, olvidándose de mí. Todavía estoy sufriendo esas diferencias que hizo conmigo.


15-03-2011

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